10 de enero de 2013

6 años sin teléfono celular o un sexenio sin celulitis

(Cómo hacer que te vean raro)

Por Salvador Arias Olalde

En serio, ¿cómo le haces? Aún recuerdo la extrañeza y las miradas inquisitorias, de todas las personas incrédulas, como si estuvieran viendo a un tipo de lo más raro, anacrónico, pasado de moda, antisocial, perdido en una era de frenesí tecnológico, donde lo “ in” es estar sin estar, aparentar poner atención pero, en realidad no poner la más mínima, por estar enganchado al pinche aparatejo que consume tu tiempo y tu atención como si todo tu ser no pudiera resistirse a la tentación de atenderlo. Éstas expresiones después de la pregunta del profesor: -¿Quién no tiene celular?- Y San Salvador levanta la mano. Heme ahí en el salón, desnudo, salido de alguna novela del siglo pasado, venido de tierras lejanas, primitivas y olvidadas; desdeñado, peor que un vagabundo hediondo ¡Ja¡ Si residiera en Escandinavia o en algún país asiduo buscador de minerales necesarios para la fabricación de esos artefactos, quizá ya me hubiera buscado uno, pero no… Dicen que son inteligentes, multifuncionales, baratos, caros, multiusos creo que los últimos móviles inteligentes multifacéticos, como los Triphone X9ooo trilingueaction plus 35000 basic prototipe ya hacen la cena , limpian la casa, le dan de comer al perro, sacan a pasear a la abuela o al revés depende que tan buen programador seas, y todo al mismo tiempo, aparte claro de lo básico que es recibir llamadas y, originarlas, por supuesto. Pues aquello fue su primordial función.
            Heme aquí, un survivor, un sobreviviente. Al principio tenía mis argumentos; cuando trabajaba en el IFE tuve que portarlo voluntariamente a fuerza pero, una vez que valió papilla de guayaba, no compré otro y así fueron pasando los días, las horas, las semanas, los meses. “-Ya cómprate uno, Chabocho están baratos, en la tienda del abrazo, beso, beso, abrazo (OXXO) hay de 200 pesos-“, o me los regalaban, a lo cual yo, amablemente, declinaba la invitación. En otra ocasión en un concierto, el de Jesse and Joy -¿Quién es quién?, dirían por ahí, la chava es Joy o ¿al revés?- un compa me pidió sacar una foto con sus músicos: ¡Santa cachucha! Hagan de cuenta que me estaban dando a manipular el artefacto más complejo del universo. Y todo era un click. Pues, bien, fui la carrilla porque tomé el celular al revés. Sentido común!-, dirían unos; bobo (me quede corto ya sé) dirían otros. El caso es que no tendría caso comentar que reprobé foto blanco y negro con Loreto, -legendario profesor de la Universidad, “súbele magenta, bájale amarillo” ¡cómo olvidarlo!-.
            De los primeros argumentos <<no me gusta que me anden localizando>> En cierto sentido era verdad; después de ver a gente todo el día, a muchísima gente, lo último que querías era que te hablaran. Ahora, algo que no entiendo, es, ¿Para qué la gente tiene celular si muchas veces, o la mayoría no tienen crédito, no pueden hacer llamadas, su servicio es pésimo, siempre se quejan de lo mal que es la señal, de lo caro que son los planes? En fin, obviamente es una necesidad creada. Quizá lo interesante se funda en la resistencia ante la necesidad creada, lo que algunos piensan bajo la etiqueta de radicalización. ¿Y te hace mejor ser humano tener el último gadget? ¿Te representa? ¿O sea, no es lo mismo tener uno de 100 varos, que el triphone ultraplus nano de 10000000 euros no? Es, también, obviamente, una herramienta, y como tal debe ser utilizada como mejor convenga a cada uno de nosotros y para los fines que considere necesarios. Puede ser tan útil como dañino. Lo que más me llama la atención: para ser, para encajar, para no ser rechazado, para estar en una burbuja de congruencia, para pertenecer, para obtener un sentido de comunión artificial, tienes que adoptar prácticas consecuentes con la mayoría, que tienen este rayo inmaculado de consenso pero en realidad son artífices de lo homogéneo con tintes de diversidad: Todo lo mismo y diferente pero igual, al fin y al cabo. ¿Estás mejor comunicado con un celular? ¿En realidad les dices a las personas lo que sientes por medio de este aparato? Al parecer, en lugar de acercarnos nos estamos alejando. Por fortuna o desgracia existe el Facebook y el Twitter, pero esa, esa es otra historia...

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