24 de marzo de 2012

Bengala: Y ahora, ¿qué 'Sigue'?

Por Luis Arturo Solís

Con su primer material (homónimo, por cierto), Bengala sorprendió a propios y extraños con una propuesta fresca y rejuvenecedora de lo que el rock alternativo mexicano podía y debía ofrecer. Recuerdo que al escuchar ese material a finales de 2006, viajando por una nevada y gélida carretera canadiense, mi percepción se encontraba enfocada por completo a los diversos sonidos que de mis audífonos emanaban. Una gratísima sorpresa que rápidamente se almacenó en mi inconsciente sonoro, y de la cual mi sistema pediría más y más.

Llegaría el 2009, y con él la oportunidad de saciar mi necesidad por enfrentarme al segundo material de esta banda que tiempo atrás me había conquistado. La segunda entrega siempre es complicada, ya que las miradas y análisis (si es que esta palabra cabe en el mundo del rock) tienden a ser más quisquillosos.

Por fortuna, Oro representó un paso de consolidación para Diego Suárez, Amauri Sepúlveda, Jesús Herrera, Marcos Zavala y Sebastián Franco, ya que a pesar de alejarse un poco del sonido del disco debut, la esencia de Bengala permaneció inalterable. Una combinación de detalles auditivos que en primera instancia cautivan, pero que al momento de dedicarle toda tu atención en verdad enamoran. Tal y como el preciado metal es en realidad: difícil de encontrar, pero una vez que lo tienes en tus manos no lo puedes soltar.

En 2012, con mucho más experiencia y camino recorrido, para Bengala llega el momento de enfrentarse a la madurez musical. Con Sigue, una producción conformada por diez temas, y de la cual se ha desprendido el sencillo “16”, han encontrado el justo medio entre explosividad e introspección.

La capacidad creativa y ejecución instrumental de cada miembro se notan completamente amarradas a la siempre sabia dirección que alguien como Emmanuel del Real (Café Tacvba) puede brindar. Si a esto le sumamos que el proceso de composición se llevó a un punto al que la banda jamás se había enfrentado (cada quien trabajando por su lado y presentando los arreglos finales para ser grabados en conjunto), entonces tenemos como resultado un experimento exitoso que encontrará rápidamente respuesta y del que querremos ver a la brevedad varias muestras en vivo.

Melodías ensoñadoras, coros precisos y envolventes, guitarras que coquetean con la alegría, la emotividad y la serenidad; piano y teclados que bien pueden llevarte a atmósferas poco exploradas o que transportan a rincones donde la nostalgia adquiere tintes reconfortantes; un bajo sutil e incesante que comulga y se compenetra con la batería como si fueran los mejores amantes; y una presencia y manejo vocal que termina de dar sentido al viaje que cinco músicos mexicanos proponen.

Ahora, poco más de cinco años después de esa primera escucha, la evolución que este conjunto ha tenido me permite llegar a la siguiente conclusión: Bengala, con persistencia y audacia, comparte el “Mensaje” de que no hay peor “Cárcel” que aquella en la que se encierra a la creatividad; su música es sincera, nunca “Miente”, y nos enseña que, ya sea en un “Planeador” o viajando a través de la “Carretera” de cualquier imaginario, el camino Sigue y se extenderá irremediablemente… tan sólo depende cómo lo queramos recorrer.

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