Hace más de cuatrocientos años
Michel de Nôtre-Dame
profetizó sus verdades centurias.
Vio y vivió la peste negra
y la bubónica su familia sufrió.
Trivium y medicina,
apothecarious y su píldora rosa.
Escribió en italiano,
en griego y latín,
árabe, hebreo y provenzal.
Habló de terremotos,
guerras y epidemias
y demás desastres por igual.
Mencionó lugares y fechas,
describió escenarios
aún por suceder.
3797 será el año final.
Pero quién iba a decir
que ni siquiera él
lo habría de saber…
Ayer no hubo sol
ni nubes, ni cielo,
ni árbol.
No hubo caos
ni tiempo, ni luz
ni sed.
No hubo flores, ni arcoiris,
no hubo frío, ni dolor.
Era el paisaje más hermoso,
frente a mis ojos
sólo estabas tú.
Bonito poema de amor y ángeles. Aquí estoy de visita y te mando un abrazo
ResponderEliminarUn honor te pasees por aquí. Bienvenida al blog de Crissanta, y gracias por comentar. Un abrazo de regreso.
EliminarNo sólo mío. Es de todos. Y gracias a nuestro activo autor por publicar cosas tan bellas.
EliminarY gracias a Amaia por visitar. Invitada a escribir aquí también si quiere.
EliminarCiertos detalles del amor son ignorados incluso por los mismos profetas.
ResponderEliminarEs verdad. Y menos mal, ¿no crees?
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