23 de febrero de 2013

El acabose

Es posible que los sueños
derrumben la realidad
sin lastimarse ellos
sin herir su cualidad.
Es terrible ver como
los templos derrumban
y derrumban,
caen como el plomo
desgarrando la tierra…

Aún no despiertas.
Todo se tambalea
ante el estrépito
de lo inevitable;
la lucha somnolienta
va terminando
como la agonía de la muerte
se va acabando…

¡Despierta! La realidad
asoma a tus ojos entre abiertos.
Ella aún está ahí,
Soñando; tú estás ahí
entre la lucha eterna:
el sueño y la vigilia
se entrelazan; el sueño
te arranca de su aliento
como cuando las olas
dejan que respires
el último viento antes
de terminar contigo;

Sumergido de nuevo
en el sueño miras:
todo pasa rápido, es fugaz
espontáneo, audaz, terrible.

Se levanta, resplandece
el sueño, entra la luz por su mirada
directo a la tuya que espera
-“Ahora vuelvo”-
“Ahora”, parece parte del sueño
Su mirada, así lo confirmaba,
era la luz que entraba diciendo
-“Yo también soy tu fantasma; un sueño”- 

2 comentarios:

  1. Hay un delgado hilo que nos permite aferrarnos a esos últimos momentos del sueño, cuando la lucha entre ese estado y la ¿realidad? llega a su clímax. Me encantó también.

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